- Nota principal
Disponibilidad
La Provincia de Mendoza tiene una superficie total de 150.839 Km2. Está situada en el Centro-Oeste de la República Argentina, a los 33º de latitud Sur, y limita al Oeste con Chile. El clima regional puede definirse como árido, de máxima continentalidad y típicamente templado. La temperatura media anual varía entre 11,4°C y 15,6°C. La amplitud térmica media de verano e invierno oscila entre 13°C y 16,3°C.
La provincia de Mendoza, según el Sistema Hídrico Nacional, está comprendida dentro de la cuenca hidrográfica del río Colorado.
Mapa 1: Sistema Hidrológico del río Colorado
Fuente: Sistema Nacional de informacion hidrica
En la geografía mendocina el recurso hídrico que se utiliza proviene, casi en su totalidad, de la fusión de las nieves y glaciares ubicados en la Cordillera de Los Andes. Las lluvias solo se producen en primavera y verano, por lo tanto son ínfimos los volúmenes aportados y de difícil captación para su posterior uso. La precipitación anual promedio en el llano es de 200 mm por año, de allí que la actividad económica dependa de los aportes que realizan los deshielos de alta montaña y del agua subterránea en años hidrológicos pobres. El agua es un bien estratégico para el desarrollo de la economía regional, ya que la agricultura desempeña un papel destacado y la única oportunidad de practicarla es bajo riego. Las características de aridez, las cuencas irrigadas, los bajos volúmenes de precipitaciones, los escasos caudales y un alto índice de evapotranspiración han dado lugar a un pronunciado déficit hídrico.
En la provincia de Mendoza el desarrollo social y económico se ha producido en las cuencas que poseen oasis generados por la agricultura bajo un sistema de riego integral. Estas cuencas administradas se ubican de Norte a Sur provincial:
1. Cuenca del río Mendoza
2. Cuenca del río Tunuyán Superior
3. Cuenca del río Tunuyán Inferior
4. Cuenca del río Diamante
5. Cuenca del río Atuel
6. Cuenca del río Malargüe
Los oasis bajo riego ocupan solo el 3,4% de la superficie y en ellos se concentra el 91 % de la actividad económica y humana. El Oasis Norte es el más importante y está formado por las cuencas de los ríos Mendoza y Tunuyán Inferior. Mendoza es la provincia con mayor superficie irrigada del país (360.000 hectáreas), lo que representa el 25% del total nacional.
El desarrollo económico de la región se debe, esencialmente, al aprovechamiento integral del recurso hídrico en áreas bien delimitadas geográficamente a través de las organizaciones de usuarios llamadas Inspecciones de Cauce. La amplia infraestructura hidráulica, compuesta de 12 diques de derivación y 7 embalses, con una capacidad total de 1.900 hm3 y 12.300 km de canales, permite el aprovechamiento de las aguas. El Mapa muestra la Provincia de Mendoza con las cuencas hidrográficas y los oasis bajo riego.
Mapa 2: Cuencas hidrográficas de Mendoza y los oasis bajo riego
Fuente: Banco de imágenes del Departamento General de Irrigación
Calidad
La problemática de la escasez junto al deterioro de la calidad son los principales desafíos para la gestión del recurso hídrico en Mendoza. En los últimos diez años se ha realizado un importante esfuerzo para diagnosticar el estado de afectación de las aguas mediante campañas de monitoreo sistemáticas. Los vertidos de industrias, la contaminación urbana con residuos sólidos domiciliarios, los drenajes de riego y la contaminación cloacal focalizada han generado una concentración de los impactos con afectación a la salud pública y consecuencias para la producción. Estos impactos, sumados a los efectos de la explotación excesiva del agua subterránea, se manifiestan en la disminución de los rendimientos y hasta la pérdida de algunos cultivos.
Mapa 3: Puntos de monitoreos en la Provincia de Mendoza
Fuente: Dirección de Control de Calidad, DGI.
La Dirección de Calidad de Aguas del Departamento General de Irrigación, a través de las Subdelegaciones, monitorea un total de 270 puntos para la determinación de la calidad de agua superficial. Las muestras que se extraen en cada punto son de tipo instantánea y la frecuencia, en general, es de cuatro veces al año. Para la evaluación de los resultados es adecuado discriminar entre las extraídas en condiciones de clima cálido (primavera y verano) de las correspondientes a clima frío (otoño e invierno).